Este martes, el gobernador Carlos Manuel Merino Campos y la presidenta del Sistema DIF Tabasco, Guadalupe Castro de Merino, dieron el banderazo de salida al Programa de Alimentación Escolar en Modalidad Caliente, una iniciativa que garantiza una nutrición sana y suficiente para más de 130 mil niñas y niños en todo el estado.

El programa, que se ha implementado en 2,724 escuelas de 1,348 localidades distribuidas en los 17 municipios del estado, ha sido aclamado por su capacidad de proporcionar desayunos calientes a la totalidad de las escuelas en zonas de alta marginación. En lo que va del sexenio, se han entregado:

• 117 millones 732 mil 395 desayunos calientes, asegurando que los estudiantes de educación preescolar y primaria reciban una alimentación adecuada.
• 26 millones 574 mil 952 litros de leche, garantizando un complemento nutritivo esencial para la dieta diaria de los niños.

El compromiso con la calidad y la nutrición

En el evento se destacó que estos alimentos no son solo cualquier comida, sino que cumplen con estrictos criterios de calidad para asegurar que la niñez tabasqueña crezca sana, fuerte, y con la energía necesaria para aprender y desarrollarse plenamente.

Además de los desayunos y la leche, el programa ha distribuido:

• 173 mil 370 paquetes complementarios que incluyen carne de pollo, cerdo, y verduras frescas como chayote, calabaza criolla, y zanahoria, para enriquecer la calidad de los alimentos servidos.
• 161 mil 590 utensilios de cocina, junto con herramientas y semillas, para la implementación de huertos escolares, fomentando el autoconsumo y la educación sobre el origen de los alimentos.

Educación alimentaria y capacitación

Con el objetivo de asegurar que cada comida preparada en las escuelas sea nutritiva y segura, se han llevado a cabo 78 mil 740 acciones de orientación y capacitación alimentaria. Además, se han distribuido 41 mil 868 recetarios y materiales educativos a los comités encargados de la preparación de los alimentos.

El beneficio para la comunidad

Sin duda un desayuno balanceado puede marcar una diferencia significativa en el rendimiento escolar y el bienestar físico y mental de los estudiantes. Gracias al compromiso y colaboración de los comités y la participación social, los niños beneficiarios reciben raciones gratuitas, nutritivas, recién hechas y seguras, lo que también alivia la economía familiar.

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